Published on junio 13th, 2018 | by Home Sapiens
0Vang Vieng cambia el ‘tubing’ por el turismo de naturaleza
Vang Vieng ha estado marcado durante muchos años por el turismo de borrachera. Los vecinos de esta ciudad, situada junto al río Nam Song, han visto cómo llegaban hasta allí viajeros de todo el mundo para practicar el ‘tubing’, una modalidad de rafting en donuts neumáticos con parada en todos los bares a orillas del río.
Llegamos hasta Vang Vieng en furgoneta desde Luang Prabang por 100.000 kips por persona (unos 10 euros). El camino es movidito. Hay que cruzar una montaña y parece que vas entre las nubes, pero no acabas de disfrutar del paisaje porque los conductores van como locos, adelantándose unos a otros en las curvas. Unas cuatro horas de viaje en las que pasamos bastante miedo.
Una vez allí disfrutamos de su espectacular paisaje kárstico, que nos recordó a nuestro paso por Guilin, en el viaje por China. Caminos de arena serpenteantes rodeados de naturaleza. Es una maravilla ir dando pedaladas en un entorno como este.
LA MEJOR RUTA EN BICI
El mejor plan en Vang Vieng es alquilar una bicicleta por unos 20.000 kips al día (2 euros) y perderse por sus caminos. El terreno no es nada exigente pese a estar rodeado de montañas, por lo que no hay que ser un gran deportista para rodar por allí.
No paras de bajarte de la bici para hacer fotos porque los paisajes son espectaculares. Pasas por pequeñas aldeas, colegios y hasta ‘rings’ improvisados donde los vecinos entrenan a sus gallos para las peleas (algo que no nos gusta, pero que está muy arraigado en la sociedad laosiana).
Hay varias paradas obligadas que comentaremos a continuación, aunque disfrutamos casi más del camino en sí que de estas atracciones turísticas. El encanto de estos lugares está en su gente, siempre con una sonrisa en la cara, y su deslumbrante paisaje.
QUÉ VER EN VANG VIENG
La parada por excelencia es la ‘Blue Lagoon’ y la ‘Phoukhan Cave’, una laguna de color turquesa y una cueva con un altar budista en su interior a la que se accede subiendo a una pequeña montaña. Ambos lugares se encuentran juntos, a unos cuarenta minutos en bici desde el pueblo.
En esta zona se concentran la mayoría de deportes de aventura, con tirolinas, pequeños vehículos 4×4 y actividades acuáticas en la laguna. La ‘Blue Lagoon’ no nos pareció nada espectacular (sobre todo después de estar en las cascadas de Kuang Si, junto a Luang Prabang), pero la cueva sí que nos sorprendió. La entrada conjunta cuesta 10.000 kips (un euro).
Un plan perfecto de un día se puede completar con la visita a ‘Chang Cave’, pero hay que llegar antes de las 16.30, que es cuando cierra. Está un poco lejos, por lo que merece la pena volver a comer prontito al pueblo y volver a coger la bici hasta este lugar. Para llegar a la cueva hay que cruzar un pintoresco puente naranja (te cobran 2.000 kips).
ALOJAMIENTO: VUELTA A LA REALIDAD MOCHILERA
Tras nuestro lujoso paso por Luang Prabang volvíamos a la realidad mochilera. Nos alojamos en el albergue Real Vang Vieng Backpacker Hostel 2 por 5 euros noche en habitación compartida de seis personas.
Un lugar bastante mediocre, pero muy barato y con unas buenas vistas de las montañas desde la azotea, donde se sirve el desayuno (incluido en el precio).