La isla de Siquijor y los increíbles atardeceres de San Juan
Dicen que está embrujada y muchos filipinos se niegan a visitarla. Cuenta la leyenda que surgió de un gran terremoto, emergiendo de las profundidades marinas entre relámpagos. Hogar de curanderos y chamanes. Siquijor es un lugar de leyenda que aún desprende misticismo. Una ‘isla del fuego’ (como fue bautizada por los exploradores del S.XVI) que arde en cada uno de sus espectaculares atardeceres.
Siquijor rebosa religiosidad y una perfecta armonía con la naturaleza. Ahí está la verdadera magia de la isla. Lo que para algunos era considerado como ‘el fin del mundo’ hoy es la puerta a un lugar de fantasía, cargado de calma y buenas vibraciones. Así es como lo vivimos nosotros y os vamos a dar algunos consejos por si os animáis a viajar aquí.
Llegamos a Siquijor en ferry desde Bohol. Hay dos opciones: Un barco rápido de la compañía OceanJet (que sale a diario a las 10.20 de la mañana y cuesta 700 pesos, unos 11 euros) o la alternativa económica, de la compañía Lite, que sale tres días a la semana (el miércoles entre ellos) a las 20.00 horas por 225 pesos (3,5 euros). Cogimos este último y llegamos cerca de la medianoche, por lo que recomendamos alojaros cerca del puerto y ya a la mañana siguiente salir hacia la zona de la isla que más os interese.
QUÉ VER EN SIQUIJOR
Siquijor se podría dividir en cuatro pueblos conectados por viejos ‘jeepneys’ a través de una preciosa carretea franqueada por enormes palmeras que bordea toda la costa. Se trata de Larena, Siquijor (capital), San Juan y Lazi. De entre todos, San Juan es el que cuenta con alojamientos económicos, buenos restaurantes y mejores conexiones de transporte.
Nos alojamos en Casa Miranda, pagando 350 pesos –menos de 6 euros- por una habitación con baño (cutre, evidentemente, pero suficiente para descansar). En Filipinas aprendimos que los alojamientos no hay que reservarlos por Booking u otras plataformas similares, ya que las opciones más económicas no aparecen en estas webs y se tienen que reservar directamente en el lugar.
UNOS ATARDECERES DE ENSUEÑO
El sol en esta zona es de un rojo intenso cuando se acerca el atardecer. Una bola de fuego que parece tratada con Photoshop y se refleja en el agua en calma. El mar, sin una sola ola, nos recuerda más bien a un enorme lago. Un espejo brillante de cientos de tonos ocres, morados, amarillos, anaranjados… toda la paleta frente a nuestros ojos. No hemos visto nunca atardeceres tan intensos. Las fotos no parecen reales. Merece la pena venir hasta San Juan solo por los 50 minutos que dura este momento.
Cuando llega la oscuridad toca salir a cenar y nosotros repetimos casi cada noche en el Dalahikan Grill Masters. Carne, pescado y marisco fresco a la parrilla. Todo riquísimo y siempre lleno de gente, con la banda sonora de los karaokes (los filipinos son unos auténticos fanáticos) de fondo. La cena nos salía por unos 200 pesos (3,2 euros) por persona, con la el zumo de fruta incluido.
CÓMO MOVERSE POR LA ISLA
¿Y para moverse por la isla? Lo ideal es alquilar una moto y recorrer su carretera casi vacía, disfrutando del contraste entre el gris del asfalto y el verde intenso de la vegetación tropical que surge en sus extremos. La vida gira en torno a su arcén, con la gente esperando para subirse a los ‘jeepneys’ (que también podéis coger por pocos céntimos si no sabéis conducir la moto, aunque la frecuencia no es muy alta) y los triciclos (más caros para los turistas).
Una de las paradas obligadas es Lazi. Una buena excursión mañanera, pasando por su iglesia centenaria y el convento más antiguo de Asia, para comer después a orilla del muelle y pasear hasta sus espectaculares arrozales. También merece la pena acercarse a las cascadas de la isla o parar en el árbol encantado, ‘Balete’, con 400 años marcados en los pliegues de sus raíces y lianas.
Tras unos días de relax y mucha magia en Siquijor buscamos la mejor conexión posible para llegar hasta Apo Island, donde nos esperarían unos días de buceo entre tortugas. Pero eso os lo explicamos mejor en el siguiente post.
Sobre el autor
Home Sapiens Alicia y Sergio. Diseñadora gráfica y periodista. Dos amantes de los viajes que han dejado todo durante un año para recorrer el mundo y contar sus aventuras en este blog.
Entradas relacionadas
El desierto de Wadi Rum nos regala un paisaje de película y un cielo infinito →
Visita a Petra… ¿en cuántos días? Os contamos nuestra experiencia →
Llegada a Jordania: un respiro en Amán y una escapada a Jerash →
