Nacpan Beach, una playa de ensueño muy cerca de El Nido
Filipinas iba a ser nuestro paraíso playero. Llevábamos siete meses de viaje y apenas habíamos metido un par de veces nuestros cuerpos serranos en el mar. Las expectativas eran muy altas y quizás por ese motivo El Nido (lugar de moda por excelencia) nos defraudó tanto. Un sitio masificado, con una playa sucia y donde un montón de barcos esperaban su turno para salir a uno de los múltiples tours que se ofertaban en las agencias de viajes del pueblo. Suerte que después encontramos Nacpan Beach.
Habíamos viajado en furgoneta desde Puerto Princesa, en un trayecto que cuesta 500 pesos por persona (unos 8 euros), y una vez allí no nos quedó más remedio que optar por uno de esos recorridos en barca por las islas que rodean a El Nido. Nos decidimos por el ‘Tour A’ para descubrir el archipiélago de Bacuit (Seven Comando Beach, Small Lagoon, Big Lagoon, Secret Lagoon y Shimizu Beach) y la cosa no mejoró: playas abarrotadas y colas para aparcar las barcas y entrar a las lagunas. Un desastre.
Ante tal panorama no nos quedó más remedio que buscar una alternativa y así es como dimos con Nacpan Beach, una playa paradisiaca situada a una media hora en triciclo de El Nido. Allí hay pocos alojamientos, así que decidimos reservar por adelantado en la habitación compartida del Mad Monkey (por unos 13 euros por persona y noche). Por fin encontramos lo que veníamos buscando a Filipinas.
La carretera de acceso a Nacpan está sin asfaltar y quizás gracias a ello hay tan pocos turistas (¡aprovechad cuanto antes porque están haciendo obras para mejorarla!). Tampoco llegan allí los tours organizados. Por todo esto, disfrutamos de una playa enorme de arena fina y agua cristalina casi solos. Según caía la tarde todavía éramos menos gente y por la noche apenas 50 turistas se quedan alojados en Nacpan, que cuenta con apenas un par de restaurantes para cenar. Las primeras horas de la mañana son igual de mágicas.
La fiesta se concentra precisamente en el Mad Monkey, donde hasta las 23.30 hay un ambientazo. En este sitio la comida es un poco más cara, pero hay platos por 150-250 pesos (de 2,5 a 4 euros) en los puestos cercanos al acceso principal de la playa. La cerveza cuesta 80 pesos (algo más de un euro) en cualquier lugar.
JORNADA DE PESCA IMPROVISADA
Con un entorno como este no resultaba complicado relajarse en la arena entre baño y baño. Ese era el plan, pero siempre hay algo que te sorprende. En este caso fue un montón de gente corriendo hacia el agua desde el pequeño pueblo pesquero que teníamos al lado de nuestro alojamiento. Habían visto una mancha oscura en el mar y familias enteras se lanzaron al mar con sus enormes redes. Entre todos rodearon esa mancha, que resultó ser un banco de peces, y los capturaron.
Los turistas no nos perdimos este espectáculo y también nos metimos al mar. Con el móvil en la mano y el agua por los sobacos logré sacar una serie de fotos que creo que reflejan bien lo que se vivió durante esa media hora. Para ellos fue como una fiesta, mientras que nosotros lo disfrutamos como si se tratara de un espectáculo tradicional de Filipinas.
Aprovechamos también nuestros días en Nacpan para volver al cole. Visitamos la escuela ‘Calitang Elementary’, donde un grupo de voluntarios llevan a cabo el programa ‘Helping Hand Volunteer’ para enseñar inglés a los niños y dar de comer a aquellos que viven en familias con menos recursos. Les dedicamos un poco de nuestro tiempo y nos llevamos cientos de sonrisas.
En definitiva, en Nacpan Beach encontramos uno de esos lugares paradisiacos que el turismo todavía no ha destrozado. Una playa de arena blanca, aguas cristalinas y palmeras en los extremos, con 30 metros de espacio y un kilómetro de largo para poder estar sin nadie a la a 50 metros a la redonda. El agua no cubre hasta que te cansas de andar y el atardecer, marcando la silueta de las palmeras y los niños jugando, es espectacular.
Sobre el autor
Home Sapiens Alicia y Sergio. Diseñadora gráfica y periodista. Dos amantes de los viajes que han dejado todo durante un año para recorrer el mundo y contar sus aventuras en este blog.
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