Published on julio 8th, 2018 | by Home Sapiens
0Nochevieja en Battambang: del crucero por Tonle Sap a la cueva de los murciélagos
Llegamos a una etapa muy especial de nuestro gran viaje. Se acerca la Nochevieja y nos disponemos a viajar de Siem Reap y los impresionantes templos de Angkor Wat a Battambang, una pequeña ciudad donde decidimos pasar el fin de año. Tenemos una sensación extraña en el cuerpo y echamos de menos a familia y amigos en estas fechas especiales, pero nos espera una parte bonita del viaje.
El trayecto entre Siem Reap y Battambang fue increíble. Dejamos de lado los viejos autobuses del sudeste asiático y nos montamos en un barco (no mucho más moderno, todo hay que decirlo) para cruzar el lago Tonle Sap y sus encantadores pueblos flotantes, hasta enfilar el pequeño río que nos llevaría hasta esta ciudad situada al noroeste de Camboya, cerca de la frontera con Tailandia. El precio del viaje fue 21 dólares por persona. Una experiencia espectacular pese a ir hacinados.
Battambang es una ciudad conocida en España por la labor del religioso español Kike Figaredo y sus ONG, dedicadas principalmente a ayudar a personas afectadas por las minas antipersona. Aprovechamos para conocer su trabajo y nuestra sorpresa fue ver que la organización contaba con un restaurante propio con comida española, cuyos beneficios se destinaban a la obra. ¡Gazpacho y tortilla para despedir 2017! Un sueño hecho realidad.
El sitio se llama ‘The Lonely Tree Café’ y es una maravilla. Comimos los dos por 12 dólares, dándonos todos los caprichos que nos merecíamos tras algo más de seis meses de viaje por Asia. Otro buen sitio para comer en Battambang es el restaurante ‘White Rose’, que suele estar siempre lleno, con una buena relación calidad-precio (por 3-4 euros por persona comes muy bien).
PHNOM SAMPOV, LA CUEVA DE LOS MURCIÉLAGOS
Battambang tiene muy poco que ver: las estatuas Ta Dombang Kro Nhung y Preah Norey; las casas coloniales a orillas del río Sangker y el mercado central. Su auténtica joya está a las afueras de la ciudad y es, literalmente, un regalo de la naturaleza.
Se trata de Phnom Sampov, conocida como ‘la cueva de los murciélagos’. Un espectáculo increíble, no podíamos ni pestañear. Empieza a ponerse el sol, dan las 18.45 en el reloj, y miles de murciélagos empiezan a salir de la cueva como si se tratase de un ejército en formación, siguiendo en todo momento la estela de los que iban por delante.
No habíamos visto nada igual. Se movían al unísono, como un látigo azotando el cielo, que se iba apagando por momentos. Era tal la cantidad de murciélagos que incluso en los fotografías de lejos se apreciaba perfectamente. Un espectáculo natural convertido en destino turístico, pero tan auténtico que ni el ser humano es capaz de estropearlo.
La cueva se encuentra en una montaña a la que merece la pena llegar con un par de horas de antelación para visitar sus templos y disfrutar de las vistas desde lo alto. Una maravilla.
CELEBRANDO LA NOCHEVIEJA EN BATTAMBANG
Una noche de lo más surrealista para celebrar la Nochevieja que empezó por la mañana comprando uvas en el mercado local a 1,5 dólares por medio kilo. El plan era tomar unas cervezas en la azotea del ‘hostel’ con el resto de turistas, pero a las 22.00, cuando subíamos las escaleras, los dueños estaban cerrando el chiringuito.
Aunque no era año nuevo para ellos se celebraba una fiesta en el centro del pueblo, así que fuimos para allá. Pensábamos que iba a ser un coñazo, pero estaba lleno y hasta había una especie de orquesta y mesas para ver el ‘espectáculo’. No sabemos aún cómo ocurrió, pero acabamos sentados en la mesa del alcalde, con toda su comitiva, a gastos pagados.
Unos cuantos bailes alrededor de un árbol de Navidad plantado frente al escenario, las tradicionales uvas (que compartimos con el resto de la mesa) y unas cervezas para brindar por un 2018 tan espectacular como el año que nos dejaba. Pasadas las 2.00 de la madrugada volvimos al albergue para descansar y preparar nuestro viaje a las playas del sur de Camboya.
Nos alojamos en el ‘hostel’ The Place, con unas habitaciones muy limpias y una azotea espectacular para pasar el día relajado. Allí aprovechamos para trabajar un poco y tomarnos un par de días de relax. Pagamos 2 euros por persona y noche en habitación compartida.