Published on septiembre 16th, 2018 | by Home Sapiens
0Recién aterrizados en Delhi: el primer contacto con India
Cuesta devolverle la mirada a India. Esos ojos oscuros, con los contornos marcados… se te clavan para siempre. El primer contacto con el país en Delhi es sobrecogedor. Nunca habíamos visto ni sentido nada igual. El ruido de las bocinas de los coches se te mete en el cerebro como un mantra infernal. Hay que andar alerta en todo momento al cruzarte con vehículos, personas o animales en cualquier esquina. Por no hablar de los olores intensos, que lo envuelven todo.
Desde el momento en el que llegamos al aeropuerto de Delhi (ya de noche) y cogimos el taxi hacia el alojamiento nos dimos cuenta. ¡Eso era una auténtica locura!
En India si pestañeas te pierdes algo. Una extraña sensación de no poder abordarla por completo, de no descubrirla como merece. Llegamos llenos de prejuicios, algunos miedos, mucha ilusión y nervios. Llevábamos nueve meses viajando por el mundo, pero teníamos claro que este iba a ser el comienzo de algo muy diferente. Una nueva aventura.
Delhi es sinónimo de ruido y contaminación. Como primera toma de contacto para muchos extranjeros también es sorpresa y color. No es la mejor impresión que uno puede llevarse al llegar a India, pero lo que es seguro es que no deja a nadie indiferente. La ciudad se envuelve de un extraño tono dorado cuando la luz del atardecer se filtra entre la polución y el polvo que levantan los coches.
Más allá de las atracciones turísticas, en Delhi es importante perderse durante un rato por sus calles para tomar el pulso a la ciudad (hasta rozar la taquicardia). El simple hecho de avanzar por el ‘Main Bazar’ hasta llegar a nuestro alojamiento (Backpackers Heaven @New King) era todo un reto. La jungla urbana.
EL FUERTE ROJO, JAMA MASJID Y LA TUMBA DE HUMAYUN
Nadie recomienda pasar mucho tiempo en Delhi, pero a nosotros nos pareció la mejor forma de empezar a conocer el país. Pasamos un par de días y nos faltó tiempo para ver todo lo que ofrece esta gran y caótica ciudad.
En cualquier caso, hay una serie de paradas imprescindibles y a continuación os enumeramos las que nosotros visitamos:
El Fuerte Rojo (el ticket cuesta 500 rupias por persona, unos 6 euros): Nada como empezar el día con la luz del sol pegando sobre los enormes muros de arenisca roja del fuerte. La entrada por la puerta de Lahore es lo más espectacular de la visita. Esta construcción del S.XVII es el símbolo de la capital. Los edificios interiores también son espectaculares, pero encontramos la mayoría en proceso de restauración.
Chatta Chow: Una enorme calle que hace las veces de bazar y que muestra la cara más loca de la capital. Pitos por todos lados, empujones para avanzar, vacas por medio de la calle, carros tirados por bueyes. Un paseo curioso para ir desde el Fuerte Rojo a la mezquita Jama Masjid.
Jama Masjid: Una mezquita impresionante a la que se puede acceder desde sus laterales. Tiene una gran fuente en el centro donde los fieles se lavan los pies y unos minaretes que permiten contemplar Delhi desde lo alto. Merece mucho la pena la visita. El acceso es gratuito, pero cobran 300 rupias por cada cámara o móvil que lleves visible.
Humayuns Tomb (la entrada cuesta 500 rupias por persona): La tumba de Humayun es el monumento más espectacular de Nueva Delhi. Este mausoleo es el precursor del Taj Mahal (construido 60 años antes), con el que mantiene muchas similitudes. Aunque en este caso la arenisca roja tiene más protagonismo que el mármol blanco. Dentro del recinto hay otras tumbas y la que más nos gustó fue la de Isa Khan.
Delhi es India en estado puro. Una primera toma de contacto salvaje con este país para la mayoría de los turistas. Es imposible quedar indiferente.