San Pancracio y el perejil en polvo
El euro, desde un principio, estaba abocado al fracaso. A partir de 2001 los españoles nos fuimos dando cuenta de que este cambio iba a ser a peor, pero el problema no iba a ser sólo el redondeo al alza, que nos secó los bolsillos. A los centroeuropeos no se les ocurrió hacer una moneda con agujero para meterla en el dedo alzado del San Pancracio. Un drama. La figura llevaba siglos custodiando tiendas y casas de toda España con su moneda agujereada y la ramita de perejil. Primero con los dos reales (50 céntimos) y después con los cinco duros (las 25 pesetas). ¿Qué puede hacer ahora?
Alicia estaba empeñada en poner uno en casa y, a regañadientes, le hizo un hueco sobre su mesilla de noche. Era un periodo complicado, en el que andaba buscando trabajo y estaba encantada de tener este tipo de ayudas. De hecho, sigue defendiendo que es en momentos como el actual cuanto más hay que confiar en estas cosas. Hay otra gente, como Sergio, que piensa que los cultos y supersticiones han quedado un poco desfasados en el tiempo. Parte de la culpa la tienen las religiones, la otra la tiene los tiempos modernos… pero insiste en que los dos conceptos no acaban de encajar a la perfección.
Y ahí está Pancracio, en la mesilla de noche, resistiendo en tiempos difíciles, con el dedo desnudo al viento y duchado con perejil en polvo.