El llavero de San Pedro
«Hasta San Pedro tiene menos llaves que vosotros». El padre de Alicia no puede entender que hagan falta hasta siete llaves para llegar desde la calle a la casa. No le entra en la cabeza cómo podría subir el butanero (en su paralelismo rural) con la bombona para el brasero.
Algo así en Fregenal de la Sierra, el pueblo de Alicia, sería impensable. Es de una de esas zonas en las que aún hay gente que deja sus puertas abiertas. También hay que tener en cuenta lo incómodo que resulta cargar con tanto peso… Nosotros tenemos que reconocer que llega un momento en el que hay ciertas llaves que no sabemos ni para qué sirven.
Tratamos de ordenarlas de una manera más o menos coherente: entrada, buzón, portal, ascensor, casa, entrada al trastero, trastero, garaje, puerta del garaje… Pero al final siempre surgen las dudas. Y si encima uno va cargado y con prisas, se convierte en una misión casi imposible.
El padre de Alicia, por su parte, sigue en sus trece: «Si yo fuese un ladrón, me daría por vencido antes de llegar a la puerta de casa».