Published on abril 6th, 2013 | by Home Sapiens
0El drama de los pisos vacíos y las ciudades desiertas
Son las 9 de la mañana, hora punta en la ciudad china de Chenggong. Sin embargo, sus inmensas avenidas, que deberían estar saturadas con miles de vehículos, permanecen desiertas. Los comercios aún no han abierto y el silencio reina entre las imponentes urbanizaciones. Hoy nadie está en casa. Las cerca de 100.000 viviendas que se construyeron con el objetivo de mantener el crecimiento económico a toda costa en el país asiático no esperan inquilinos. Allí no hay agua, ni luz, tampoco servicios básicos… Las ‘ciudades fantasma’ han proliferado en la última década. Cada día hay más casas sin gente y más gente sin casas. Y es que ni siquiera nos dejan vivir en nuestra propia burbuja.
A unos 36 kilómetros al sur de Madrid se repite esta realidad. Pese a los múltiples intentos para revitalizar la zona, la ‘macrourbanización’ de Señena, proyectada por ‘El Pocero’ para atraer a más de 40.000 habitantes, permanece abandonada. Y eso que tiene unas preciosas vistas a la mayor montaña de neumáticos del país… “Una brisa de verano empuja una nube de polvo a través de la ciudad”, donde “el misterioso silencio sólo es roto ocasionalmente por el lento crujido de un columpio que nadie usa”. Así describía la BBC en el año 2008 la realidad de la especulación inmobiliaria en España.
Pero esta realidad no es exclusiva de lo que podríamos conocer como países desarrollados. A unos 30 kilómetros de la capital de Angola se levanta la ciudad de Kilamba, proyectada para albergar a medio millones de personas. Cerca de 750 edificios, 12 escuelas y más de 100 locales comerciales, pero nadie que los ocupe. La codicia no entiende de fronteras e incluso en países donde dos tercios de la población viven con menos de dos dólares al día ocurren estas cosas. Lo peor es que, a estas alturas, nadie duda de que volveremos a tropezar con las mismas piedras, los mismos andamios y las mismas grúas. Tiempo al tiempo.
CASAS VACÍAS EN LAS GRANDES URBES
Pero estos gigantes despropósitos son sólo la punta del iceberg. El drama se vive a ras de suelo. Mientras cada noche miles de personas buscan un portal en el que resguardarse del frío, los pisos 3ºA, 4ºC y 6ºD de ese mismo edificio llevan años deshabitados. Según publicaron diversos medios a raíz de la elaboración de un censo de viviendas por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España un total de seis millones de viviendas están vacías, el 20 por ciento del total.
El derecho a una vivienda digna se esfuma al ritmo de 526 desahucios diarios. Los bancos se han encargado de engañar a los ciudadanos con cláusulas abusivas, aprovechándose de la obsesión de los españoles por adquirir hipotecas, ante la falta de una buena cultura del alquiler en el país. La consecuencia directa es un ‘stock’ de vivienda a la que no se puede dar salida y la vuelta de muchos jóvenes (y no tan jóvenes) a la vieja habitación del piso de sus padres.
Ni siquiera el parque de viviendas protegidas, gestionadas por las comunidades autónomas para facilitar el acceso a un hogar digno a familias con necesidades especiales o jóvenes sin demasiados recursos, está funcionando con normalidad. Según un informe del Defensor del Pueblo, más de 10.000 viviendas protegidas están disponibles en España mientras que hay más de 300.000 solicitantes. Por no hablar de las Ayudas a la Vivienda que fueron retiradas de forma ilegal y con carácter retroactivo por la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y que muchos vecinos (incluidos los de Alcobendas) estamos reclamando por vía judicial.
Con todo ésto, parece claro que aún no están listos los cimientos para poder levantar una sociedad más justa. Aún hay demasiadas cerraduras para proteger espacios vacíos y el ladrillo sigue cotizando a precio de oro.