El papel higiénico y la vida en pareja
Cierto es que hay objetos de la casa que sólo se aprecian cuando no están. Es el caso del papel higiénico. Si no has comprobado antes de sentarte en la taza el nivel del rollo… puedes acabar gritando el nombre de tu pareja como si no hubiera un mañana y estirando el brazo cual inspector Gadget para coger el papel que con cuidado te pasa por la rendija de la puerta (cuanto más estrecha mejor).
Si compartes piso con los compañeros también estás salvado, o no, porque puede pasar que al ser un elemento ‘común’ todos y ninguno se encarguen de reponerlo y al final, los clínex se coticen más que el cobre. Peleas por el papel higiénico, ¡quién lo iba a decir! Pero la verdad es que luchar por el último trozo es toda una ciencia. Hay auténticos expertos en la materia.
Si vives sólo no tendrás que compartirlo, eso sí, olvídate de que un precioso perrito como el del anuncio te lo traiga en mitad de la faena, esas cosas sólo pasan en la tele, en la vida real… mejor prevenir que curar.
Yo en casa soy el reponedor «oficial» del papel higiénico: yo lo compro, lo distribuyo en los dos baños de mi vivienda y normalmente (sobre todo debido a mi uso bastante más habitual que mi pareja) soy yo el que preparo el siguiente rollo, no cuando se ha acabado sino cuando está a punto, para que en caso de que mi pareja lo necesite no tenga ni que levantarse al armario del baño a por otro… da mucho coraje necesitarlo y no tenerlo a mano, jajajaja.
JAJAJJJAJA, buenísimo….en nuestra casa tenemos uno escondido en lugar estratégico por si se nos acaba y no queremos llamar a nadie o estamos solas….nos hemos reído mucho….