Published on mayo 31st, 2013 | by Home Sapiens
0La gran mentira de los ‘abrefáciles’
Cuando uno lee ‘abrefácil’ en algún producto, le entra directamente la risa… De antemano sabe que va a tener que hincar los dientes en el plástico o recurrir a unas tijeras/cuchillo para poder abrirlo, pero se empeña en poner a prueba esa falsa promesa anunciada en el envoltorio del producto. Lo más divertido de esto es ver cómo el grado de desesperación aumenta poco a poco, mientras se van hinchando las venas del cuello.
Primero uno intenta abrirlo por ‘lo civil’ y llama a un compañero para asegurarse de que no es culpa de su torpeza. Este otro se esmera en la tarea con paciencia hasta que opta por ‘lo criminal’. No puede permitir quedar en evidencia por un simple ‘brick’ de leche o una bolsa de frutos secos y se marcha con la cabeza bien alta después de haberle metido un bocado para abrirlo.
Dos de los ‘abrefáciles’ más jodidos son el de las lonchas de queso, que aunque se abren de forma sencilla nunca permite sacar el producto de una pieza; y el seguro de los botes de kétchup (u otras salsas) del que tienes que tirar con unas altas probabilidades, si te faltan las fuerzas, de acabar manchado. De los palitos de cangrejo mejor no hablamos, eso sí que es una misión imposible.
En esta cuestión es inevitable referirse a la vida en pareja y a cómo la diferencia de fuerzas se puede convertir en un grave problema. Alicia se ha quedado algún día sin comer por no ser capaz de abrir un bote de cristal con puré que había cerrado Sergio el día anterior (y no hablamos precisamente del ejemplo de un tipo forzudo).
Y después de todo, no nos queda más que pedir que se dejen ya de abre fáciles… nos conformamos con una línea de puntos y ya nosotros sacamos la tijera (o los dientes) para dar cuenta de ella.