El momento de cambiar la toalla
¿Cuándo cambiar la toalla del baño? La respuesta es muy sencilla: pronto. Sin embargo, por unas cosas o por otras van pasando los días y ahí sigue, esperando a que salgamos de la próxima ducha, consciente de que aún le quedan unos cuantos usos antes de pasar por la lavadora.
Te duchas, te secas y te convences de que la próxima vez que la uses será la última… pero el cambiazo no llega y (sin andarnos por las ramas) la toalla cada vez da un poquito más de asco. Nos cuesta darle una jubilación anticipada y acabamos buscando las partes que nos parecen más limpias para secarnos las zonas comprometidas (principalmente la cara).
Dicen los expertos que las toallas de ducha deberían lavarse después de tres usos. Así que lanzamos la esperada y comprometida pregunta: ¿Cuántos usos le das tú? No juguéis al engaño y responded con franqueza. Digamos que un cambio semanal sería lo habitual, aunque seguro que alguno abusa de sinceridad y suelta: “cuando viene mi novia a casa” o “cuando tiene más lamparones que zonas limpias”. No os juzgaremos por ello.
Todos hemos pasado por esa desagradable sensación de secarnos con una toalla que aún estaba húmeda y hemos pensado que lo mismo estábamos estropeando lo que la ducha había mejorado. Aunque al rociarnos después con el desodorante se nos pasa…
Ya va siendo hora de zanjar este debate y evitar que las bacterias aniden en nuestras toallas. La clave está en mostrarse firme cuando tu cabeza diga: “sólo un uso más”. Lo mismo podríamos decir de las sábanas de la cama, pero eso lo dejamos para otra ocasión.