Filipinas

Published on julio 28th, 2018 | by Home Sapiens

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Del relax a la ludopatía en la mágica Port Barton

Todo el mundo nos había hablado maravillas de Port Barton. Un lugar tranquilo en el que relajarnos a medio camino entre la zona bulliciosa de El Nido y la capital de la isla de Palawan, Puerto Princesa. Tenían razón. Pasamos unos días estupendos en este pequeño pueblo al que apenas llega la conexión a Internet y donde la electricidad solo funciona entre las 18.00 y las 23.30 de la noche (entre apagón y apagón).

Aquí la vida es sencilla: despertarse pronto con la luz del sol, desayunar sin prisa y salir en barco a visitar las islas cercanas, andar hasta la ‘White Beach’ o darse un baño en las cascadas. Vuelta a casa antes de que caiga el sol para ducharse y salir a cenar cuando la electricidad se pone en marcha. Si además resulta que el pueblo está en fiestas, como nos ocurrió a nosotros, el espectáculo continúa.

En ese caso, no os podéis perder los partidos de baloncesto (el deporte rey en este país) en la plaza ni el paseo por los puestos que se montan alrededor. Allí encontraréis un montón de comida callejera a precios de risa: pinchos de carne a 10 pesos, refrescos a 25 pesos, patas de pollo a 50 pesos y bollitos a 5 pesos (recordad que un euro son unos 60 pesos).

NIÑOS APOSTANDO, LO NUNCA VISTO

También os encontraréis de bruces con lo que puede llegar a ser un grave problema de ludopatía, con niños que ni han aprendido a hablar apostando monedas a la ruleta o a los dados de colores. Los mayores nos explican que solo es una semana al año, pero lo que vimos allí nos dejó bastante alucinados. Juegos de azar y niños no es una buena combinación.

Tampoco faltan las peleas de gallos, una tradición muy arraigada en este país con la que tampoco comulgamos. Desde primera hora de la mañana llega gente de todos los puntos de la isla para participar en las peleas. A los gallos se les colocan enormes cuchillas afiladas en las patas y se les suelta en el ring hasta que uno de ellos se desangre a causa de los cortes. Un espectáculo duro de ver, por lo que evitamos las imágenes desagradables.

Nos alojamos en Nellie’s Tourism Inn, pagando 15 euros por noche en una habitación doble con baño compartido. Se trata de una casa privada con una dueña encantadora que se llama Sol. La conexión a Internet va regular y el agua caliente solo dura unos minutos, pero en general nos encontramos cómodos allí. Lo recomendaríamos para los presupuestos ajustados.

 

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Sobre el autor

Alicia y Sergio. Diseñadora gráfica y periodista. Dos amantes de los viajes que han dejado todo durante un año para recorrer el mundo y contar sus aventuras en este blog.



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