Published on octubre 21st, 2018 | by Home Sapiens
0Parque nacional de Tanjung Puting: El turismo puede salvar al orangután de Borneo
El turismo, que normalmente destruye la esencia de casi todo, quizás pueda salvar al orangután de Borneo. Esta especie en extinción, principalmente por la proliferación del negocio de las plantaciones de palma que está minando uno de los pocos refugios que le queda en el planeta al animal más grande que habita en los árboles, ha encontrado en los famosos klotoks su tabla de salvación.
Dicen que las aldeanos de la zona están intentando comprar tierras del parque para evitar las plantaciones de palma y la deforestación, y de esta manera continuar con el próspero negocio de los klotoks a través de un turismo responsable.
¿QUÉ VER?
Pongos, más comúnmente conocidos como orangutanes, la especie más arborícola de todos los simios grandes, ya que pasan la mayor parte del tiempo en los árboles. El viaje consiste en la visita a las tres estaciones de alimentación de orangutanes que se encuentran dentro del Reserva Natural de Tanjung Puting.
En ellas se alimenta a los simios con plátanos y leche en una plataforma que se encuentra a escasos metros de los visitantes. La última estación, la más alejada, Camp Leakey, fue fundada en 1971 por la doctora Biruté Galdikas, una de las más reputadas científicas en el conocimiento del comportamiento del orangután. Los lugareños dicen que aún se deja caer por la zona de vez en cuando.
No sólo de orangutanes se alimenta esta experiencia única. Macacos, gibones, cocodrilos, tarántulas (se suelen ver es una especie de trekking nocturno), y luciérnagas (un inolvidable espectáculo visual), hacen de este viaje en klotok un capítulo digno de National Geographic.
¿QUÉ ES UN KLOTOK?
Un klotok es un barco tradicional indonesio que se suele utilizar para surcar los ríos, en este caso el río Sekonyer. Como curiosidad su nombre proviene del ruido que hace el motor. Es una embarcación pequeña que no sobrepasa los 20 metros de longitud y que se divide en dos partes muy diferenciadas.
La de la cubierta, nuestra parte habitable, compuesta de dos sillas con vistas al horizonte, una cama que por la noche se cubre con una mosquitera y una mesa con dos sillas donde se sirven las comidas. La otra parte es la bodega del barco, donde viaja el resto de la tripulación: el guía, el capitán, lo que viene siendo un grumete y la cocinera.
¿CÓMO LLEGAR?
Hay que ir concienciados de que no es fácil llegar a Kumai, pueblo de donde salen los famosos klotoks. La opción habitual es coger un avión a Pangkalan Bun, un pequeño aeropuerto que tiene pocos vuelos diarios. Las conexiones son sota, caballo y rey, o lo que es lo mismo, Semarang, Surabaya y Yakarta. Suele haber vuelos a otros destinos, pero no son diarios. Normalmente el guía que hemos contratado con anterioridad (es lo más recomendable) nos espera en el aeropuerto y nos lleva a Kumai.
¿CÓMO RESERVAR Y CUÁNTO CUESTA?
No hay mucha disponibilidad de klotoks, sobre todo si la intención es contratarlo en temporada alta, que viene siendo agosto y septiembre. En esos dos meses también se disparan considerablemente los precios. A nosotros nos costó 8.000.000 de rupias indonesias (IDR), o lo que es lo mismo, unos 470 euros para dos personas. En temporada baja suelen alquilarse klotoks hasta por unos 300 euros.
Por supuesto, en el precio va todo incluido. Desde la recogida en el aeropuerto, las comidas (de los mejor que hemos probado en Indonesia) y las entradas para ver los orangutanes en las diferentes estaciones del Reserva Nacional de Tanjung Puting. La mejor manera para reservar es buscar guías por internet, sondear el mercado vía WhatsApp, y por último, como no, regatear el precio.
ADVERTENCIA. Abstenerse cualquier tipo de persona que no esté acostumbrada a dormir y ducharse en unas condiciones que no son las habituales. Se requiere un mínimo de espíritu aventurero y pensad que se duerme en plena selva (en la cubierta de un barco amarrado a tierra firme) bajo la protección de una simple mosquitera y con la celestial e inconfundible música de todos los bichos que se te puedan pasar por la mente.
*** Este texto y el vídeo adjunto son un trabajo del periodista Daniel Calvo en colaboración con www.homesapiens.es