Los rincones inexpugnables de la casa
Por muy pequeña que sea tu casa siempre habrá rincones a los que no podrás acceder: ese hueco en el sofá donde se cuelan todas las monedas, el extremo más alejado del armario esquinero de la cocina, la rendija que hay entre las estanterías del estudio… Esos lugares inexpugnables donde te dejas la vida cada vez que se te cae algo y en los que después de años y años puede seguir enterrado algún preciado tesoro.
Estos rincones representan en tu casa lo que serían los puntos muertos del ‘Google Maps’, donde no llegan cámaras ni satélites. Un mundo por explorar, al que solo puedes acceder con el palo de escoba o algún otro objeto alargado. Nosotros nos las hemos visto y deseado con un hueco (o un agujero negro, mejor dicho) que se encuentra entre el pesado sofá y la pared del salón.
Hace unas semanas se nos cayó allí el teléfono inalámbrico y sólo después de una hora de esfuerzo, en la que nos llegamos a plantear cambiar el número de casa y dejar ahí el aparato, conseguimos “pescarlo” (literalmente) para devolverlo a la vida. Seguro que no somos los únicos a los que nos ha pasado esto.
Sin embargo, son muchos los objetos que pasan años en estos oscuros rincones, esperando esa oportunidad remota que sólo llega un par de veces en la vida: una mudanza. Únicamente de esta forma pueden salvarse de una vida en la sombra.