Camboya

Published on junio 30th, 2018 | by Home Sapiens

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Phnom Penh y la sombra de los Jemeres Rojos

La historia reciente de Camboya gira en torno a la masacre de los Jemeres Rojos, una guerrilla de inspiración maoísta que impuso una dictadura militar en el país entre 1975 y 1979 y asesinó a una cuarta parte de la población. Los hechos ocurrieron hace menos de 50 años y Phnom Penh, la capital del país, es todavía hoy un enorme museo al aire libre en recuerdo de esta tragedia.

La ciudad no tiene muchos lugares turísticos que visitar más allá de los campos del horror y las cárceles en la que los Jemeres Rojos masacraron a sus compatriotas. Las víctimas pertenecían principalmente a las clases medias y altas con estudios, ya que los Jemeres Rojos querían crear un sistema agrario que no estuviese ‘manchado’ por la cultura occidental. Una manera de empezar de cero, sin ningún vínculo con el pasado capitalista. Llevar unas simples gafas podía ser motivo de condena.

Es la segunda vez que visitaba esta ciudad, fascinado por la historia que esconde, pese a no ser un icono turístico del sudeste asiático (eclipsada por la impresionante Siem Reap, con los templos de Angkor Wat). Fantaseaba con ser periodista con la película ‘Los gritos del silencio’ (‘The Killing Fields’, en inglés) y ahora me reencontraba con la historia ojeando el documental ‘First they killed my father’, que está disponible en Netflix.

UN TOUR POR LOS HORRORES DE CAMBOYA

Nuestra visita a Phnom Penh coincidió con el llamado ‘Victory day’, en el que se conmemora el principio del fin del régimen de los Jemeres Rojos, que como decía antes aniquiló sistemáticamente a 3 millones de personas. Alejaban a los niños de sus familias y les educaban en un nuevo orden en el que su única familia era el ‘partido’ en el poder. Una auténtica locura que duró cuatro años, destruyendo el país y dejando un reguero de sangre a su espalda.

Dejó un país de niños desheredados. Sin apellidos, sin historia… pero (por suerte) con futuro. Algo que se está demostrando con el crecimiento que está experimentando poco a poco Camboya. No había un día más propicio para visitar los museos de la memoria de Phnom Penh y alquilamos un tuk tuk para una excursión que duraría toda la mañana por 14 dólares (a lo que habría que sumar el precio de las entradas).

La primera parada fue uno de los famosos ‘Killing Fields’ que se encontraban por todo el país. Este en concreto estaba a 14 kilómetros a las afueras de la ciudad y aún quita el aliento (la entrada cuesta 3 dólares). Sorprende la frialdad con la que los jóvenes camboyanos venden estos tours a los turistas, lo que contrasta con los testimonios de los mayores de 50 años, quienes vivieron en primera persona el horror. Las fosas y cadáveres al aire libre son todavía un recuerdo muy reciente para ellos.

Tras la visita volvimos a Phnom Phen para entrar en ‘Tuol Sleng’, el ‘museo de los crímenes genocidas’ abierto en la prisión de alta seguridad conocida como S-21 (una antigua escuela), donde se practicaban torturas y se asesinó a la mayor parte de los detenidos (solo hubo 12 supervivientes). Es una de esos tours que te dejan tocado, pensando en las barbaridades de las que somos capaces las personas. Para poder aprovechar la visita se necesitan unas 2 horas y la entrada cuesta 5 dólares (8 dólares con audioguía).

QUÉ MÁS VER EN PHNOM PHEN

Para mucha gente Phnom Phen no es más que una escala de menos de 24 horas entre un vuelo y algún autobús para moverse por el país. No se les puede culpar, pero si dispones de algo más de tiempo hay varias cosas que pueden merecer la pena (además del tour que comentaba anteriormente).

El Royal Palace es con seguridad la visita más atractiva de la zona centro de la capital, pero nosotros pasamos porque nos pareció muy cara (10 dólares por persona). Si solo viajas en verano no puedes perdértelo, pero llevábamos demasiados palacios reales a nuestra espalda y la verdad es que no era lo que más nos apetecía.

Lo que sí disfrutamos (y gratis) fueron los atardeceres en el pequeño parque situado frente al palacio. Un sitio lleno de vida, sobre todo los fines de semana, con los niños corriendo y espantando las palomas. También pasamos por el Monumento a la Independencia, una de las plazas más grandes de Phnom Phen donde lo más llamativo es una estupa de color rojizo rodeada de fuentes. Aquí es donde se suelen celebrar los actos políticos.

Por último, hicimos una breve parada en Wat Phnom, un templo bonito con coloridos murales en el interior y una estupa blanca que se ve a lo lejos entre la vegetación. La entrada al templo y al pequeño parque que le rodea cuesta 1 dólar.

En definitiva, Phnom Phen es una ciudad poco atractiva para el turista convencional, pero muy interesante para los apasionados de la historia. Nosotros recomendamos hacer noche allí e intentar visitar los museos que comentábamos al inicio de la entrada, ya que consideramos que es fundamental para entender Camboya y a su gente.

ALOJAMIENTO Y SITIOS PARA COMER EN PHNOM PHEN

Nos alojamos en Nawin Hotel, cerca del Palacio Real, por 15 euros noche la habitación doble. El wifi funciona bien y tiene un desayuno de lo más completo. La habitación es cómoda y estaba muy limpia.

Para comer recomendamos ‘Happy Herb Pizza’. Por 10/12 dólares tienes una pizza enorme para dos personas. Riquísima. La cerveza de grifo para acompañarla cuesta 0,5 dólares. Está en la zona con más ambiente de la ciudad, pegado al río. Hay varios restaurantes con nombres parecidos, pero este que os decimos es el que suele estar más lleno de todos.

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Sobre el autor

Alicia y Sergio. Diseñadora gráfica y periodista. Dos amantes de los viajes que han dejado todo durante un año para recorrer el mundo y contar sus aventuras en este blog.



Una respuesta a Phnom Penh y la sombra de los Jemeres Rojos

  1. Antonio says:

    Yo pasé aproximadamente 6 días completos en Phnom Penh y puedo decir sin temor a equivocarme que si sabes dónde mirar y dónde moverte puede llegar a ser una ciudad sorprendente. Al fin y al cabo estamos hablando de una ciudad que es muy grande. Yo personalmente cada día descubría nuevos lugares y rincones que me sorprendían. Por supuesto, no es la «típica» ciudad que guste a los turistas más «tradicionales» pero a mí «La perla» me dejó bastante buen sabor de boca 🙂

    Por cierto totalmente de acuerdo con los lugares que habéis recomendado, también yo disfruté de unas hermosas puestas de sol desde aquella ciudad.

    ¡Un saludo pareja!

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